Mi abuela murió anoche, después de veinte días de desesperante agonía. No termino de caer, no me termino de dar cuenta de la inminencia de que no la voy a ver más, pero igual estoy llorando un montón, así que cuando realmente caiga en la cuenta de que ya no va a volver a decirme "mi mundito" "mi cielo" "mi luz, mi todo", creo que en ese momento voy a agotar las lágrimas para dos vidas.
Ahora la escucho: "Qué hacés Eve? Deja esa computadora." "Nunca me escuchas." " NO LLORES, MI AMOR."
Se llevó lo más lindo de mi vida, y siento que esa "chiquitita" murió también. Esa nena linda, de ellos, de mis abuelos, esta con ellos ahora... donde sea que esten, estamos los tres. Esa, mi versión favorita de mí, lo siguió. Siguió a mi abuela.
Siento ahora como si un pedazo de alma hubiese sido arranca desde adentro de mi ser. Duele, quema, arde...
Voy a extrañar abuela, tu constante parloteo, que es verdad, casi nunca escuchaba; voy a extrañar contarte acerca de mis compañeros, de quienes me gustaban, pelearnos, voy a extrañar que nos peleemos y al ratos nos amiguemos porque somos amigas en las buenas y en las malas. Voy a extrañar tus llamadas rompe huevos cuando llegaba tarde a casa.
Voy a extrañar ser lo más importante en la vida de alguien, ser lo primero, ser LO importante. Voy a extrañar tu protección, tu compañía.
Mi abuela murió y creo que este debería ser el final de este blog, que empecé por ella. Que empecé por miedo, que empecé para escaparme.
No se que persona voy a ser a partir de ahora, ni si nos volvamos a encontrar... mi abuela y yo, mi yo de siempre y el que empieza ahora.
Lo que siempre temí, pasó, solo queda ver que pasa desde ahora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario