Lo que sé es que cada día está todo más incierto. Venimos bien, los conflictos parecen olvidados y juego a que no sé nada, juego a que soy adolescente y me caliento con flacos y me enamoro y desenamoro. Pero BANG, mi abuela se descompone, se siente mal, se agita, y ya está, no hay manera de evadir eso: Mi mamá se desespera y yo no sé como carajo manejar la situación.
Mis hormonas quedan olvidadas y mi corazón se rompe pero por algo serio.
El otro día encontré una agenda de mi mamá, escribía acerca de la muerte de su abuela, y dolía, dolía su dolor incluso ahora, casi treinta años después. Me dolía ese dolor que también era el mío, pero incluso peor. Mi mamá no lo entiende, mi abuela no lo entiende, pero ellas lo son todo por tantas cosas. Cuando se quiebre todo mi universo, cuando me falten el sol y la luna, no sé que carajo voy a hacer.
No soporto a veces estar acá, y tengo miedo de no estar. Me siento mierda por no estar.
Tuve un fin de marzo terrible, y parece que cuando se acerca mi cumpleaños todo empieza a empeorar.
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