Pero sus ojos no me quitan el sueño, sus ojos me devuelven los sueños. Sus ojos buscando los míos juntan todos los pedacitos rotos que hay en mi alma, y no necesito nada más. No necesito las palabras que tanto amo, ni los gestos que tanto dicen; lo único que necesito es su mirada sobre mi y la calidez de su presencia, sólo eso y me siento mejor, y todo es más lindo. Aunque todo este oscuro y roto en mi pequeño mundo, él me mira y es luz, y todo es marrón como su mirada... Entonces me doy cuenta que convirtió su color favorito en el mío, y está bien, porque en el marrón hay un poco de violeta, además nunca el violeta me hizo tan bien como su mirada.
Y el silencio nos grita, nos pide palabras... tengo tantas ganas de complacerlo, pero las cosas que quiero decir no son lindas, las cosas que golpean en mi mente por salir me lastiman, no necesito nada que me lastime, sólo lo quiero a él. No necesito que defina nada, no quiero que defina nada, sus definiciones también me lastimarían, sólo lo quiero a él, sentado al lado mío, mirandome a los ojos; quiero verlo indeciso, conversando con él mismo, sólo verlo pensar. Sólo lo quiero al lado mío, nada más, no quiero palabras incómodas, ni cosas que no se quieran decir...
Me gustaría que me abrace, me gustaría creer que va a seguir mirándome... pero los abrazos no son lo suyo, y no sé cuanto tiempo va a poder mirarme sin que yo misma desaparezca. Así que esto lo es todo, su mirada, este instánte, su sonrisa que me hace sonreír... Sonreír, no había sonreído de verdad en todo el día, hasta que vi su sonrisa, hasta que sus palabras sin sentido hicieron su magia en mi.
Me gustarían muchas cosas, pero todo se reduce a los momentos en los que está cerca mío, y no quiero nada más... Su mirada, su sonrisa y calidez marcan los momentos en los que estoy bien, y estoy bien con él siendo mi amigo.
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